Los Pinos se convierte en la Residencia Oficial del Pueblo de México

Corría el año de 1934, cuando Lázaro Cárdenas consideró que vivir en el Castillo de Chapultepec era un exceso y un lujo, razón por la que trasladó la residencia presidencial a una finca urbana cerca del Bosque de Chapultepec.

Corría el año de 1934, cuando Lázaro Cárdenas consideró que vivir en el Castillo de Chapultepec era un exceso y un lujo, razón por la que trasladó la residencia presidencial a una finca urbana cerca del Bosque de Chapultepec. Se llegaba por el camino de Madereros que bordeaba los antiguos límites de Tacubaya o del otro extremo por el viejo sendero del Molino del Rey. El Rancho de la Hormiga se transformó en la residencia presidencial conocida como Los Pinos, que, a partir de ese momento, ocuparon los titulares del ejecutivo y su familia más cercana. Los presidentes vivían en Los Pinos y despachaban en Palacio Nacional.

Al pasar de los sexenios, la residencia austera que había sido Los Pinos empezó a crecer y transformarse en un vasto complejo que dejó atrás su sencillez para convertirse en una serie de lujosas residencias, oficinas y cuarteles del Estado Mayor Presidencial. Todo tipo de comodidades y opulencia hacían que no fuera necesario salir y, al mismo tiempo, aislaban cada vez más al poder ejecutivo del pueblo, al punto que durante los últimos sexenios se abandonó el Palacio Nacional como lugar de trabajo cotidiano.

En 2018 el Gobierno de la Cuarta Transformación consideró que era un exceso vivir y trabajar en una residencia amurallada, lejos del sentir del pueblo mexicano, por lo que transformó a Los Pinos en un espacio cultural de libre acceso para todas y todos. Además, lo integró a una iniciativa más amplia, conocida como Proyecto Prioritario Chapultepec Naturaleza y Cultura.

El Complejo Cultural Los Pinos es ya una realidad y un referente para el libre ejercicio de los derechos culturales, donde el Gobierno de México ofrece, de manera gratuita, actividades como: conciertos, exposiciones, presentaciones de libros, eventos de danza, cine y teatro. Desde Los Pinos también se proyecta la riqueza artística de nuestro país, con proyectos que difunden la pluralidad de culturas que compones nuestra nación, como México en Los Pinos. Asimismo, hay que celebrar que un lugar que en el pasado era tan ajeno a la gente y con tan mala reputación, se haya transformado en lo opuesto.  Los Pinos dejó de ser un lugar de imposición y silencio para convertirse en un lugar seguro que apoya la libertad de expresión y los derechos humanos.